¡Reciclar funciona! Cuando reciclamos, ahorramos recursos naturales como árboles, agua y energía porque podemos utilizar materiales viejos para hacer cosas nuevas.
Además, el reciclaje crea puestos de trabajo para las personas que recogen, clasifican y convierten los artículos reciclados en algo nuevo. Cuando todos ponemos de nuestra parte para reciclar, ayudamos a cuidar la Tierra para nosotros y para las generaciones futuras.
Según la EPA, reciclar sólo 10 botellas de plástico ahorra energía suficiente para alimentar un ordenador portátil durante más de 25 horas. En un año, el reciclaje genera 681.000 puestos de trabajo, 37.800 millones de dólares en salarios y 5.500 millones en ingresos fiscales.
En muchas comunidades, materiales reciclables como el papel, el cartón, el metal y el plástico se depositan todos en un mismo contenedor de reciclaje. Esto facilita el reciclaje a todo el mundo, lo que hace que se recojan más materiales para reciclar.
Sin embargo, también exige que los materiales reciclables se clasifiquen para que el papel pueda enviarse a las papeleras, el metal a las instalaciones de reciclaje de metales, etc.
La clasificación tiene lugar en grandes instalaciones conocidas como Instalaciones de Recuperación de Materiales o MRF, donde máquinas y trabajadores identifican y retiran los artículos no reciclables y clasifican los materiales restantes por tipos. Una vez clasificados, los materiales reciclables van a parar a empresas que los convierten en materias primas para fabricar nuevos productos.